jueves, octubre 19, 2006

Segunda semana

El martes me desperté con una palabra flotando en mi cabeza, y que ha estado acompañando a otras ideas, tampoco muchas, esta semana. La palabra es reinventar.

Reinventar, volver a crear algo ya creado, darle una nueva forma, un nuevo sentido. Y que importante a la par que interesante resulta hacerlo de vez en cuando. Reinventarnos a nosotros mismos, en una lucha contra el aburrimiento y la desidia personal, reinventar nuestras relaciones, reinventar nuestra casa.......... y digo esto no en referencia a esa tienda que plaga de muebles modernos(?) las casas de medio mundo norte, sino porque a la mia a alguien le ha dado por reinventarsela sin más, pues también nos ha llegado esta semana la noticia de que nos van a tirar abajo la cocina y el baño durante 10 dias.

Esa misma mañana del martes llegué al trabajo, y en un pequeño momento de tranquilidad que tuve para leer el e-periodico (es ironía, aviso) me encontré con una entrevista a Juan José Millás, a razón de la publicación de un nuevo libro del escritor-columnista valenciano. Por casualidad, o no, porque eso nunca se sabe, también hablaba de la importancia de la palabra reinventar. Era una señal, al igual que también lo era que hiciese un comentario sobre la duda ("Dudamos porque no nos fiamos. Todo está lleno de falsos golpes de vista. La duda es creativa y necesaria"). Informo al desinformado que llevo practicamente dos años escribiendo una historia sobre las dudas, que he retomado hace poco más de un par de semanas.

Y pensando en Juan José Millás, al que admiro por su sencillez e ironía ("sencilla complejidad/compleja sencillez") me digo: yo también quiero ser columnista (qué cojones!). Que maravilloso sería poder escribir sobre las cosas que me gustan, sobre lo que veo, lo que oigo......y hablar sobre lo que me desperté pensando el otro día, y sobre mi opinión del señor Millás........

Comento lo de ser columnista también porque he estado leyendo otras columnas en diferentes sitios. Nuestros periodicos están plagados de grandes columnistas, al igual que de grandes dibujantes de viñetas, pero también hay una cantidad enorme de sujetos que escriben pasando solo sobre lugares comunes tan superficialmente que dan más ganas todavía de ser escritor y ganarse la vida escribiendo columnas.

Como por ahora va a ser un poco imposible conseguirlo, me voy para mi casa antes de que me tiren la cocina a escribir sobre las columnas blancas que aún sujetan mi casa y mi cabeza.

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