Remedio para melancólicos, es el título del libro que me estoy leyendo ultimamente. entre otros, como siempre. Y es que soy un lector promiscuo. No puedo acostarme con un sólo libro durante mucho tiempo.
Ultimamente también me han acompañado un libro sobre leyendas negras en el Rock, me acabé el viernes "La pipa de Marcos", una novela gráfica de Isusi que me regaló un fotógrafo mostoleño (por cierto Alex, que me ha encantado y a ver cuando me pasas la segunda parte, y le dices al escritor que nos mande la tercera).
Remedio para melancólicos es el libro de metro del último mes. Son 22 cuentos de Ray Bradbury, el autor de Farenheit 451, y el de esta mañana me está encantando por la sencillez del planteamiento: dos hombres van hablando en un tren, cruzando américa, sobre esos pueblos donde nunca para nadie. De repente uno de ellos decide bajarse en uno de esos lugares donde nunca se baja nadie a ver qué ocurre. Sólo he leído hasta aquí, pero sólo con eso, no entran ya ganas de seguir y saber qué puede pasar?
me encanta que con tan poco, sólo con una pequeña idea, un lugar donde nunca se baja nadie, el título del cuento es ese: El pueblo donde nunca baja nadie, se tiene ya media historia. Ahora solo espero que el resto no defraude.
Ya os contaré.
Pero, volvamos al tema de la melancolía, de la que nunca se puede terminar por irse del todo. Por que, me pregunto, la melancolía siempre llega con el frío y la lluvia, como en estos días?
Esta mañana os dejo un frío enlace, y literario, para que las palabras, a veces las únicas capaces de conseguirlo, os calienten estos días de invierno.
Y también un vals para que el movimiento de vuestros pies os haga volar un poco.
martes, enero 30, 2007
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