jueves, noviembre 16, 2006

Hoy venía a hablar sobre futbol


pero al final voy a hablaros sobre letras.

Sé que muchos ya estabais ilusionados con la novedad de leer algo sobre futbol en este aburrido blog que solo habla sobre cosas intrascendentales y pseudointelectuales, pero es que amigos, visto el partido de ayer de la selección española, dan ganas de no volver a ver nada y sobre todo, de no hablar más sobre este deporte, porque como me ponga....................

Estaba tomandome una sopita (menudas horas por cierto para echar un partido) y lo único que conseguía que no me durmiese era el Marica rumano (nombre del jugador que marcó el gol),
y que no tiene coña ni nada el nombrecito del pobre. El de la Casa (comentarista de la Primera desde tiempos inmemoriables) lo rebautizó durante todo el partido como Márica, por pudor, me imagino, que para eso el de la Casa no es el Montes de la Sexta, pero cuando enfocaban al jugador desde atrás con el nombre escrito, se desvarataban todas sus teorías, claro.

Pero ya os he dicho que no quiero hablar de futbol. Que me indigno. Os voy a hablar sobre literatura y el maravilloso mundo de las palabras (qué potito, qué no!)

Por si aún queda alguien leyendo a estas alturas, os comentaba que esta mañana, al llegar al trabajo y leerme como cada día las noticias del 20minutos (el periódico más curioso que conozco), encontré una noticia sobre un grupo de personas-libro. Qué? Echale un vistazo a la noticia o la página página de las personas libro.
Son un grupo de amantes de "Farenheit 451", y lo que hacen es aprenderse libros de memoria como en la novela de Bradbury, para luego recitarlos en cualquier sitio. Tienen un decálogo bastante curioso.



Punto2. Nunca olvidamos que no somos superiores a nadie en el mundo por el
hecho de llevar un libro dentro de nuestras cabezas.

Con mucho respeto, pero es que me recuerda a lo que nos pasó en el metro esta mañana. Llevábamos parados en un túnel 3 minutos cuando de repente se escucha por la megafonía interna: "En estos momentos estamos parados". Nos hemos mirado y dicho: ¡Pues menuda novedad! Y es que el punto este del decálogo me parece la misma cosa. Gracias por advertirnos que no son superiores.

Pero a parte de este inciso, no me parece mal oye. Por lo menos leen y fomentan la lectura, aunque yo por mi parte (que tampoco me creo superior a nadie por ello) no creo que sea necesario aprenderse un libro de memoria, sino simplemente leer y quedarse con lo que nos quiere decir cada libro. Pero allá cada uno.

El tema me pareció, por lo menos, curioso.

Y era solo esto.
No era pa tanto, no?
(foto de la sopa por efrita)

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